sábado, 20 de mayo de 2017

El concepto 'yo soy'

por Nisargadatta Maharaj
Nisargadatta Maharaj
[...] Ahora hablaré sobre ese poder que tiene la apariencia de individuo pero debido a cuya presencia el mundo funciona. Quizás no sea fácilmente comprensible, pero no puedo tomarme el trabajo de entrar en detalles y explicarlo todo sobre esta etapa. Así pues, trate de comprender tanto como pueda; si no, déjelo correr.
Estoy hablando sobre este poder que está en el cuerpo, pero que es la raíz de la existencia y el sostén del universo entero. Lo que está en mi cuerpo, está también en el cuerpo de todos. Pero la inmensa mayoría se interesa mucho más por este "cadáver" con el que están viviendo, que por lo que hay dentro de ese cadáver. Todos los cambios que ocurren en el mundo, son movimientos en ese poder, pues ese poder es lo que hace que el mundo gire. Y todos los aconteceres que tienen lugar, son movimientos en esa consciencia. Debido a que nos asociamos a los acontecimientos, hay infelicidad. Yo veo las cosas desde un punto de vista diferente, desde el punto de vista de lo Absoluto...
 
Todo lo que está aconteciendo no puede dejar de acontecer. Hay una serie de acontecimientos, un escenario señalado. Así pues, de acuerdo a ese escenario, las cosas suceden. Si nos identificamos, tenemos ciertas esperanzas y aspiraciones; y si las cosas suceden como esperamos, somos felices. Si lo que acontece no concuerda con nuestros deseos, somos infelices. De este modo, continuaremos siendo felices e infelices en un ciclo sin fin, mientras persistamos en esta actitud. Sin embargo, en el momento en que vemos las cosas desde la perspectiva justa —que todo lo que podemos hacer es ver que la presenciación acontece, y que todo lo que acontece es independiente de nuestros pensamientos— entonces surge un estado diferente. No hay ninguna voluntad en el individuo; las cosas acontecen por sí mismas. Cuando se ve esto, hay ya una cierta paz de mente.
Cualquier cosa de la que la gente se queje, no afecta a los cinco elementos. Así pues, ¿por qué debe perturbar al individuo lo que acontece en los cinco elementos? Si los cinco elementos mismos no son perturbados por lo que la gente piensa, ni por lo que hacen o dejan de hacer, ¿cómo va a ser perturbada la fuente de esos elementos de la que ellos dependen? ¿Por qué iba a ser perturbada?
Hace algún tiempo, le sugerí leer la Gita desde el punto de vista del Señor Krishna, no desde el punto de vista de Arjuna. Cuando lo haga, debe comprender lo que entiendo por "Señor Krishna". Yo no considero al Señor Krishna una personalidad individual. Entiendo por "Señor Krishna", la mota de consciencia dentro de usted, el "yo soy", ese estado "yo soy". Eso es el Señor Krishna, este "yo soy". Y usted debería leer el libro desde ese punto de vista. En lo concerniente a cualquiera de nosotros, ¿podría haber el mundo, podría haber Dios, podría haber algo en absoluto en ausencia de esa consciencia Krishna?
 
En el momento en que lo comprende claramente, ya está. No hay nada más que hacer. Y todo lo que la gente continúa haciendo —o cree que está haciendo— es hecho sólo desde un concepto basado en una cierta imagen que tienen de sí mismos. Y una vez que actúan de acuerdo con esa imagen, son susceptibles a todo tipo de infelicidad. En realidad, lo que está aconteciendo es simplemente un movimiento en esa consciencia. Una vez que comprende esto, no queda nada que hacer; no hay nada que pueda o que necesite hacer.
 
El que toma decisiones es sólo este concepto que tiene de usted mismo. Ya sea un gran hombre, un hombre importante, o un hombre pequeño, todo lo que decide —o piensa que decide— es sólo una idea. Es decir, el individuo —que es un objeto— cree que él puede decidir, pero de hecho ningún objeto puede decidir. Si él no lo comprende así, entonces se reduce a una conceptualización. Ha de comprenderse que el complejo cuerpo-mente es meramente un objeto, un fenómeno; y ningún fenómeno puede actuar. Así pues, la conceptualización se encuentra tremendamente implantada en su complejo cuerpo-mente.
Usted nunca podrá controlar su verdadera naturaleza; en consecuencia, su centro de percepción debe cambiar. Si su centro de percepción es un fenómeno, entonces, lo mire usted como lo mire, lo considerará todo desde el centro del fenómeno. Así pues, a menos que cambie al noúmeno, el centro de percepción mismo, nunca tendrá una idea de su verdadera naturaleza.
¿Quién ha decidido que "yo" soy el cuerpo? Lo ha decidido sólo un concepto. Este concepto está, evidentemente, en el nivel mental. Así pues, "yo soy el cuerpo" es sólo un concepto. Y que cualquier acción que tenga lugar producida por este cuerpo, es igualmente otro concepto; es decir, ha habido una "objetivización", una conceptualización de que "yo" soy este objeto, este cuerpo. Desde entonces en adelante, se asume conceptualmente que todo lo que el cuerpo hace, es obra "mía". Pero una vez se comprende esta idea —es decir: una vez que el objeto es conocido como objeto; lo falso como falso— entonces usted asume el punto de vista del "sujeto". Una vez asume ese punto de vista, el objeto desaparece y usted ve todo lo que ocurre como un acontecer en la condición. No le afecta; simplemente lo observa.
Identificarse con el cuerpo y asumir una personalidad individual, significa estar sujeto al tiempo, implica la aparición de un "tiempo". Ese mismo concepto que ha asumido "yo soy el cuerpo", dirá: "Yo he nacido y moriré". ¿Quién dice, "Yo moriré"? Sólo el concepto. Una vez que se abandona el concepto, para el sujeto deja de haber tiempo. En lo que concierne al sujeto, no hay ningún concepto de espacio-tiempo.
Repito, no sólo es este concepto el que dice "yo soy el cuerpo", sino que también es consciente del hecho de que está sujeto al tiempo. Así pues, dice: "Yo moriré". Pero el conocedor de este concepto, no está sujeto al tiempo; es completamente aparte del concepto. El cuerpo muere, ¿qué significa? Significa que el pensamiento "yo soy", ese concepto, ha desaparecido. Nada le ha ocurrido al conocedor de la totalidad del acontecimiento.
El que sabe que esto es un concepto y que ese concepto desaparecerá, no experimenta nacimiento, ni felicidad, ni infelicidad, ni muerte.
 
Todo el objeto de la búsqueda o de la actividad espiritual —en realidad no hay ninguna búsqueda, pero usamos esa palabra aquí para poder expresamos— es comprender que ese concepto es un concepto, es comprender lo falso como falso. No hay nada que adquirir. Que yo sea Dios, o Cristo, Alá, o Mahoma, o quien sea, se basa todavía en el concepto "yo soy". Porque, a no ser que se niegue el concepto, todo lo que edifique sobre él, será también una ficción. Así pues y en definitiva, sólo cuando este estado "yo soy" desaparezca, estará usted libre del concepto. Mientras que el concepto básico "yo soy" esté aquí, el elemento conceptual no puede desaparecer. Es el concepto el que se ha dado a sí mismo diferentes nombres, pero es todavía el mismo concepto.
Sin este concepto básico "yo soy", ¿dónde está el mundo, dónde está Dios, dónde está Ishwara, Cristo, Alá, o cualquier otro? Antes de que este concepto "yo soy" viniera a usted, ¿era usted feliz, o infeliz? ¿Había siquiera alguna sensación de felicidad o de infelicidad? ¿Había alguna dualidad?
[...] Yo no tenía ninguna experiencia de felicidad o infelicidad porque este concepto "yo soy" no estaba presente.
[...] Lo concebible, lo sensible, lo inteligible, sólo puede aparecer sobre este "yo soy". El "yo soy" mismo no estaba aquí. Así pues, ¿quién había para conocer, quién había para ser consciente? La sensación misma de existir no estaba aquí. El "yo soy", el "yo existo", esa sensación, ese concepto mismo, no estaba presente; así pues, ¿quién había para tener sensación? ¿Quién había para tener conocimiento, quién había para tener consciencia?
Esta consciencia de que "yo soy" —este "yo soy", esta imaginación, mente, o como quiera llamarlo— es sólo la idea de que soy un yogui, un rey, o lo que sea. Antes de que este concepto surgiera, ¿había algo? No había nada. No había ni felicidad, ni infelicidad; el estado perfecto.
[...] Cuando uno habla de consciencia, es muy probable que piense en términos del individuo. Pero comprenda que no es realmente el individuo el que tiene consciencia, sino que es la consciencia la que asume innumerables formas.
Lo repito: la persona media no lo comprenderá. ¿Por qué? ¡Porque es demasiado simple! Para agarrarse, uno necesita algo a lo que agarrarse, alguna forma, alguna figura. Ese "algo" que nace y que va a morir, o a desaparecer, es todo imaginación, todo ficción; nada ha nacido. Es el hijo nacido de una mujer estéril. ¿Quién lo llama así? Incluso eso es un concepto. Porque en ausencia del concepto básico "yo soy", no hay ningún pensamiento, ningún conocimiento, ninguna consciencia de la propia existencia.
8 de Julio de 1980
(Extracto del libro: La medicina suprema)
Fuente: Nisargadatta Maharaj. La Medicina Suprema (Editorial Gulaab, 2000)

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